En un lamento mudo nace un desahogado y creciente resentimiento,
innegablemente algo ocurre, aunque ni siquiera un susurro se encuentra al
alcance del que sufre en su silenciosa y mortal mente. Las palabras que debe de
liberar tienen candados con llaves que aún no han sido fundidas en el caldero correcto,
es como si cortaran a la mitad su lengua cada vez que quisieran siquiera atreverse
a desafiar a su propio coraje.
Cuando se inunda nuestra forma de pensar con lagunas
que están repletas de inseguridades, de miedo, de decisiones precipitadas en
los momentos menos indicados; tocar el botón de reversa por desgracia nunca fue
ni será una opción, pero, este siempre va a ser el momento indicado. si, este
presente es el mejor escenario para liberar lo que nuestra inseguridad aprese
con una amenaza. Porque las amenazas jamás detuvieron a nadie que sepa lo que
es mejor para sí mismo.
Sin cuidado hay que desenvolver la manta del resentimiento, tomar unas tijeras y cortarlas en trozos insignificantes. No importa si las palabras duelen, cortan, lastiman o incluso destruyen, esconder lo que puede sanarnos a nosotros mismos puede llevarnos hacia el fin si no forzamos el cambio que necesitamos.
♥️♥️♥️
ResponderBorrar