miércoles, 14 de octubre de 2020

Resentimiento

 

En un lamento mudo nace un desahogado y creciente resentimiento, innegablemente algo ocurre, aunque ni siquiera un susurro se encuentra al alcance del que sufre en su silenciosa y mortal mente. Las palabras que debe de liberar tienen candados con llaves que aún no han sido fundidas en el caldero correcto, es como si cortaran a la mitad su lengua cada vez que quisieran siquiera atreverse a desafiar a su propio coraje.

Cuando se inunda nuestra forma de pensar con lagunas que están repletas de inseguridades, de miedo, de decisiones precipitadas en los momentos menos indicados; tocar el botón de reversa por desgracia nunca fue ni será una opción, pero, este siempre va a ser el momento indicado. si, este presente es el mejor escenario para liberar lo que nuestra inseguridad aprese con una amenaza. Porque las amenazas jamás detuvieron a nadie que sepa lo que es mejor para sí mismo.

Sin cuidado hay que desenvolver la manta del resentimiento, tomar unas tijeras y cortarlas en trozos insignificantes. No importa si las palabras duelen, cortan, lastiman o incluso destruyen, esconder lo que puede sanarnos a nosotros mismos puede llevarnos hacia el fin si no forzamos el cambio que necesitamos.

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